Decir adiós a nuestros compañeros es muy duro, y, a veces, escribirles una despedida puede confortarnos. La compañera humana de Dana, Laura, le dijo adiós en Perpetual, y después le escribió esta preciosa carta de despedida.
Hoy tu corazón deja de latir, paralizando una parte del mío; hoy nuestro hogar se tiñe de tristeza, y el dolor y el vacío se tatúan para siempre en mi alma.
Gracias por tantos años de amor incondicional, gracias por escogerme como compañera en este maravilloso viaje: ni un sólo día de mi vida dejaré de amarte.
Gracias a Perpetual por permitirme darte el adiós que te merecías, gracias por dejarme estar a su lado hasta el último segundo, por la empatía mostrada en un momento tan duro y por el amor con el que trataron a Dana: ¡os estaremos eternamente agradecidas!